Patios
La Oncidium Stacyi Garay fue descubierta en Santa Cruz varias décadas atrás por Luis René Moreno. Hace 30 años fue registrada con su nombre científico, lo que originó una gran polémica entre orquideólogos estadounidenses. La 'bailarina' casi ha desaparecido en su estado natural en las regiones aledañas a la capital cruceña por la deforestación. Hay registros de ella en el Parque Nacional Madidi y en Pando. Sus flores aparecen en marzo y se mantienen durante 15 días. Texto: Ricardo Herrera F. Fotos: Rolando Villegas/ ArchivoLuis René Moreno Suárez jamás se imaginó que la orquídea que a los 13 años descubrió en sus solitarios paseos por el campo sería, más de 30 años después, el centro de una polémica que originó discusiones, artículos de especialistas, omisiones e imprecisiones que hicieron más popular a la hoy llamada Oncidium stacyi Garay. Luego de que ya han pasado otras tres décadas de que se diera a conocer al mundo científico, sigue dando que hablar por sus características peculiares y la belleza de sus flores, que cada marzo brotan de la planta para hacerla sobresalir entre otras de su género. Sin embargo, su estado de conservación sigue siendo crítico en las regiones cercanas a Santa Cruz de la Sierra debido a la constante deforestación. Esta orquídea se caracteriza por tener hojas verdes largas, delgadas y cilíndricas (conocidas como 'cola de ratón'), que cuelgan hacia abajo y llegan a medir hasta un metro. Es frecuente encontrarla sujetada a los árboles de mara, pero se han hallado ejemplares en árboles más pequeños y hasta en chaparrales. Llega a cargar entre cinco y 15 flores que nacen de la base de la hoja y tienen un color amarillo, matizadas por manchas de color naranja y café. Su tiempo de vida no sobrepasa los 15 días y en regiones cercanas a la ciudad florece sólo en el mes de marzo. Tiempo atrás se creía que era endémica de Bolivia, con registros de su existencia en el Parque Nacional Madidi y la zona de Manuripi en Pando, pero ahora también se tienen datos de su presencia en Perú. Pero si ahora conocemos más de esta orquídea, se debe en gran parte a 'Tata' Moreno Suárez, un cirujano, actualmente retirado, que desde casi adolescente se dedicó a cultivar, registrar y recolectar ésa y otras plantas. Su aporte a la investigación botánica ha sido silencioso y sin pretensiones. Precisamente su buena fe, lo situó involuntariamente en una de las polémicas más comentadas entre los orquideólogos estadounidenses en los años 70 y que ha sido registrada por Adolfo Moreno en un extenso y detallado artículo en la Revista de la Sociedad Boliviana de Botánica (2003) y en otro más breve publicado por EL DEBER dos años atrás. La anécdota está relacionada con la Oncidium stacyi Garay y tiene su origen en 1972, año en el que Fred J. Fuchs, orquideólogo estadounidense llegó a Santa Cruz en busca de nuevas y curiosas especies. En esa época era escasa la información sobre las variedades que habían en Bolivia. El azar lo llevó a conocer a Jorge Gutiérrez, también orquideólogo aficionado y amigo de Moreno. Ambos mostraron sus colecciones al visitante, que se interesó en la variedad que éste último había clasificado dentro del género Scuticaria y que, desde mucho tiempo atrás, conocía como 'bailarina'. Fuchs se dio cuenta de que por sus características obedecía a otro género, y gracias a Moreno consiguió varios ejemplares que se llevó a Estados Unidos. Al año siguiente regresó con un grupo de personas interesadas en ésa y otras plantas similares. Adolfo Moreno, que es sobrino de 'Tata' Moreno, aclara que en aquellos años no existía aún el Tratado Internacional para el Control del Tráfico de Especies Silvestres Amenazadas (Cites) y por eso era posible sacar plantas de este tipo a otros países. Los visitantes lograron recolectar varias 'bailarinas', pero uno de ellos, John Stacy, se quedó sin un ejemplar. 'Tata' Moreno le regaló dos de su colección personal. La promesa de los estadounidenses fue la de otorgar todos los créditos respectivos a sus anfitriones si una de las especies que se llevaban era nueva. En Estados Unidos Stacy se adelantó a los demás e hizo analizar a la 'bailarina' por Leslie A. Garay, del Herbario Oakes Ames de la Universidad de Harvard. El especialista determinó que la planta pertenecía al género de las Oncidium y que no existían registros de ella. Decidió, entonces, clasificarla y la bautizó Oncidium, stacyi Garay, en honor de su amigo John Stacy. Al enterarse Fuchs que no se había cumplido la promesa hecha a sus amigos de Santa Cruz, decidió escribir un artículo en una revista especializada sobre el origen de la planta. En el texto critica con dureza a Stacy y no sólo eso, sino que además decidió bautizar a sus cultivos de la especie con nombres que aludían a la falta de honestidad de su colega. Si bien el nombre científico ya no se podía cambiar, sí podía hacerlo con los cultivos para fines comerciales. En este caso Fuchs bautizó con diez nombres distintos a las plantas obtenidas de las 'bailarinas' llevadas de Bolivia. Les puso nombres como: Oncidium stacyi 'Very bad John' (Muy malo John), Oncidium Stacyi'Shame shame John' (Qué vergüenza John), Oncidium stacyi 'Greedy gringo' (Gringo codicioso), Oncidium stacyi 'watergate' y otras denominaciones que fueron muy comentadas entre los orquideólogos. Garay salió en defensa de Stacy y en otro artículo justificó su decisión, indicando que su amigo fue el único que estuvo dispuesto a sacrificar una de sus plantas para la clasificación y criticó a Moreno por no haberla registrado muchos años antes. "Los que nos dedicábamos a las orquídeas en esa época lo hacíamos por afición, sin otros fines y no publicábamos esos descubrimientos, porque desconocíamos los mecanismos para hacerlo. Ni siquiera nos llegaban revistas especializadas como hay ahora', explica Moreno, que nunca reclamó ni protestó por la omisión de su nombre. Sin embargo, cree que hubiese sido más justo que a dicha orquídea se la nombrase 'santacrucense' o 'bolivianense' en honor a la región de donde fue recolectada. Lejos de esta controversia, el orquideólogo no dejó de mantener amistad y cooperar con Fuchs y Stacy.La polémica de la 'bailarina' parecía definitivamente olvidada hasta que en 2000 la escritora estadounidense Susan Orlean citó la historia en su libro The orchid thief. (El ladrón de orquídeas), un relato de los denominados de 'no ficción', en el que trata de los sucesos que determinaron que John Laroche sea encarcelado por violar las leyes sobre especies nativas que hay en ese país. Al hacer un recuento de las pasiones y conflictos que ha generado el cultivo de orquídeas cita la pelea entre Fuchs y Stacy, no sólo omitiendo nombres, sino con imprecisiones y ubicando los sucesos en Brasil. De esto se enteró Adolfo Moreno, que hoy es director de Conservación de WWF Bolivia, a través del reportaje sobre el libro, convertido ya en best seller, que su primo Luis René Moreno hijo (fallecido hace algunos años) le regaló. Luego confirmó la historia cuando consiguió el libro y en épocas que se anunciaba en que se haría una película en base al texto de Orlean. 'Se me ocurrió escribirle a la autora contándole la verdadera historia y de paso interesarla para que diera una donación para crear un orquideario en el jardín botánico de Santa Cruz. Ella me respondió diciendo que sí, que probablemente la historia que le contaba era la verdadera, ya que no tuvo tiempo de confirmar esos datos, pero no aceptó colaborar con la donación. Luego le escribí a Meryl Streep, protagonista del filme, contándole la historia y lograr así los derechos para la premier del filme en Santa Cruz y con esos fondos lograr recursos para el orquideario. Al final me contestó su secretaria y me dijo que ésa era responsabilidad de los distribuidores. Después me derivaron a Manfer Films con los que se logró un acuerdo para presentar la premier. No pudimos concretarlo, porque WWF no puede recibir dinero... y ya no estábamos tan animados al saber que la película no era directamente sobre el libro, sino que giraba en torno a otra temática', cuenta Adolfo Moreno. En la actualidad la Oncidium stacyi Garay es el símbolo que identifica al Club de Orquídeas de Santa Cruz y sus integrantes son sus principales defensores. También el Jardín Botánico cuenta con algunas plantas, pero si 30 años atrás era posible encontrar hasta 600 plantas por hectárea en zonas como la colonia Okinawa, Colpa- Caranda y otras cercanas a la capital de Santa Cruz, ahora es casi imposible debido a que gran parte de su territorio natural ha sido deforestado para sembrar soya. 'Es contradictorio que se controlen cuántas plantas pueden salir del país, pero no cuánto se deforesta o quema. Cada año se deforestan 300.000 hectáreas en el país. Eso implica la perdida no sólo de estas orquídeas, sino de millones de otras plantas", comenta Adolfo Moreno.Queda aún la esperanza que la 'bailarina' pueda sobrevivir en áreas protegidas como el Parque Nacional Madidi y en regiones no desforestadas del Oriente boliviano.Cosas que se deben saberEn la época victoriana se dio un fenómeno que algunos llamaron 'oquidelirio' o 'fiebre de la orquídea', por la pasión que estas plantas y sus flores despertó entre los ricos coleccionistas de la época. La rivalidad entre los buscadores de orquídeas era tan feroz que no dudaban en arriesgar sus vidas para conseguirlas y los coleccionistas pagaban sumas elevadas por nuevas especies. Se estima que esta 'fiebre' destruyó unas 60.000 especies de estas flores y los métodos para obtenerlas era talar los árboles para luego recolectar las plantas. Los bosques de África, América y Oceanía fueron afectados.La polémica por la Oncidium stacyi fue considerada una versión moderna de esas luchas entre los coleccionistas de orquídeas, con matices nuevos, pero que reflejan la pasión que sigue despertando esta especie.La Fundación Amigos de la Naturaleza logró cultivar en su laboratorio a la 'bailarina' hace algunos años, pero no se logró obtener buenos resultados con todas. A diferencia de la que se encuentra en Santa Cruz, la del Madidi florece en diciembre, aunque sea trasladada a otra región del país. Luis René Moreno tiene con su nombre otras especies de orquídeas que ha descubierto.